martes, 6 de enero de 2009

Que dice mi mamá que siempre no

¿Alguna vez te han aplicado esta frase? Si es así no nos sorprende, porque definitivamente a todos nos la han hecho bien y bonito aunque sea una vez. Y si insistes en decir que no, entonces deja que te platiquemos lo que le pasó al primo del hermano de un amigo lejano... bueno ni amigo, conocido.

Resúltase ser que nuestro no-amigo estaba archi super recontra emocionado porque después de mucho, mucho tiempo de una triste y oscura soledad por fin (¡sí! ¡POR FIN!) empezó a salir con la que creía era la fulanita perfecta.

Todo era miel sobre hojuelas, tanta que hasta se les caía del plato (hubieran visto lo pegajosos que quedaban cada vez que salían). Un buen día, cuando él estaba a punto de dar el GRAN paso, parece que la fulanita se empachó y dijo:

-"Me encanta salir contigo, eres mi mejor amigo" (léase con voz tierna y estúpida casi tirándole a tono mustioso).

Entonces y sólo entonces fue cuando el fulanito pensó: CHALE.

Cuando terminó de agradecerle por tan bonita y longeva amistad, la fulanita procedió a contarle sus problemas amorosos con Chuchito, quien al parecer era un perfecto patán y sólo la pelaba cuando necesitaba cariñitos. El acongojado fulanito se preguntaba qué diantres había hecho mal. Había sido el perfecto caballero y resulta que ella prefería estar con ese... con ese...

Fue precisamente ese día cuando comenzó el calvario del fulanito, quien vio pasar por la vida de la fulanita una docena de Chuchitos, si no es que más...

Moraleja: cuando anden "sobres" hagan el favor de dejarlo claro desde el principio (y si no andan también, si no es mucha molestia... esto solamente para evitar complicaciones posteriores), no que luego entran a la tan temida "zona de amigos" y ahí valió gorro todo =)

Saludos cordiales

La Guayaba y la Tostada

jueves, 27 de noviembre de 2008

"Tengo algo muy importante que decirte"

Primero que nada queremos disculparnos por abandonar a nuestros queridos lectores sin siquiera decir "¡agua va!" Pero ahora que ya estamos practicamente graduadas (y desempleadas) tenemos tiempo para picarnos los ojos y postear.

"Tengo algo muy importante que decirte". ¿Cuántas veces no nos hemos aterrado al escuchar estas palabras? No tienen nada de particular, pero cuando te las dice el sujeto o sujeta con quien llevas varias semanas o meses "saliendo" éstas se tornan bastante incómodas.

Bueno... puede haber dos casos. El primero luminoso y feliz porque esa personita en realidad te gusta y cuando las escuchas se abren para ti las puertas del cielo. ¿Por qué? Porque POR FIN se decidió a ponerse las pilas y hacer algo bueno por la vida de los dos.

PERO...

El segundo caso, por el contrario, es totalmente oscuro y no-feliz. Sucede que llevas saliendo con él o la fulanita un montón de tiempo pero nada más no te gusta como para otra cosa que no sea inflarte el ego. Ya cuando empieza a invitarte a la boda de su prima Paquita y los XV años de su sobrino Panchito piensas para tus adentros: "Chale".

Y esto es sólo el comienzo, porque cuando te dice la dichosa frase comprendes que ya te cargó el payaso y ahora tienes que pensar la mejor manera de mandarlo o mandarla a freir espárragos sin que ello afecte su salud física o mental.

Moraleja: Dejen de darle atole con el dedo a la gente y mejor pónganse a hacer algo productivo con sus vidas... No vaya a ser que luego anden llorando por los rincones (sí, como la muñeca fea) porque les hicieron lo mismito.

Saludos cordiales

La Guayaba y la Tostada

viernes, 15 de agosto de 2008

Efectos secundarios

Continuando con todas aquellas situaciones que nuestro cerebro no es capaz de comprender, queremos exponer una que nos causa especial confusión (despistación).

Para ilustrarlo mejor, nos disponemos a contarles una conmovedora historia.

Había una vez, una pequeña fulanita feliz que, por cierto, era soltera y en esos tiempos ahora sí que como dicen por ahí, ni un resfriado pescaba y hasta el aire buscaba la manera de no encontrarse frente a frente con ella. Ahhhhh pero todo cambió (entónece como la canción de Camila) cuando de manera sorpresiva e inesperada, un fulanito que también era feliz y también era soltero fue a atravezarse en su camino y a partir de ese día empezaron una doblemente feliz relación. Al siguiente día algo mágico sucedió pues resulta que todos comenzaron a andar "sobres".

¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué pasa eso? ¡Que alguien nos explique!

Dicen las malas lenguas que se debe a varias razones. Una de ellas establece que cuando un macho (bien macho) ve que una fulanita está con alguien, entonces le cae el 20 de que esa criaturita que dejó ir (varias veces) sí vale la pena después de todo. Otras más fumadas presumen que cuando uno está en una relación se despiden ciertas sustancias que atraen a las personas del sexo opuesto. Por último está una razón mucho más egoista y por lo tanto más humana. Consiste en que cuando vemos que alguien que solía querer con nosotros, ahora anda sobres de otro especimen, es nuestro orgullo y no nuestro corazón el que se siente gravemente herido y entonces pensamos: "¿por qué, si era mí@?" y tratas inútilmente de recuperar algo de su atención.

Saludos cordiales

La Guayaba y la Tostada

El complejo "motita"

¡Hemos vuelto! Así es, la Guayaba y la Tostada resurgen de sus cenizas (o de las vacaciones) y vienen más filosas que nunca.

Bueno, entrando en materia... De entre los fenómenos inexplicables que hemos revisado en este blog, existe uno que desafía las leyes de la física y del imaginario popular: los hombres tienen un comportamiento totalmente contrario al de los chicles. ¿Por qué? Porque si un chicle se adhiere a una superficie determinada, al momento en que alguien trata de removerlo, éste va cediendo. PERO en el caso de los hombres, entre más tratas de desafanarlo, más se te pegan y por el contrario, mientras más los persigues, más te sacan la vuelta.

¿Todavía no lo creen? Ilustremos la situación con algunos ejemplos cotidianos.

Primer caso: Ya hasta perdiste la cuenta de cuántas veces has bateado al mismo sujeto y por alguna extraña e incomprensible razón, el inocente e ingenuo personaje aún conserva en el fondo de su pequeño y feliz corazón la sutil esperanza de que algún día cambiarás de opinión (o de gustos) y te fijarás en él.

Segundo caso: Ya hasta perdiste la cuenta de cuántas veces has sido bateada por el mismo beisbolista, y por más que juras y perjuras que ya no le vas a volver a hablar y que lo vas a borrar del MSN, del Facebook y de tu celular, lejos de hacerlo estás conectada todo el día esperando a que en algún momento se dé cuenta que estás en línea y cuando por fin, POR FIN, te concede un mísero "hola" te comienzan a temblar las patitas y se te acelera el corazón, pero tú mantienes la pose y le contestas: "ay, ¿hace mucho que te conectaste? No te había visto".

Tercer caso: Lamentamos decirte que si has llegado a este punto eres una enferma mental que gusta de stalkear a la gente y luego todavía te preguntas por qué no te pelan. Sucede algo similar al caso anterior, es decir, te pasas todo el bonito día en línea esperando a que aparezca y cuando por fin lo hace piensas para tus adentros: "ahorita me saluda". Cuano ya han pasado aproximadamente 30 minutos y aceptas por fin que no sucederá, recurres a dar doble click sobre su contacto y escribes un espontáneo "hola". Es imoportante aclarar que esto sucede con una frecuencia alarmante.

Saludos cordiales

La Guayaba y la Tostada

jueves, 15 de mayo de 2008

Los niños bipolares

Bueno primero que nada queremos informarles por si no podían dormir de la preocupación que:

¡¡¡¡¡SOMOS LIBRES!!!!!

Asi es, La Guayaba y la Tostada han terminado sus ocupaciones académicas al menos por un rato así que disfruten el último post porque no habrá más en aproximadamente 3 meses.

Ahora si, a lo que nos truje, ¿se han fijado que ultimamente los niños bipolares son un fenómeno muy común?
¿No saben de qué hablamos? ¡no se hagan! seguro ustedes encajan perfectamente en esta clasificación...o qué, ¿nos van a negar que no han aplicado la de ser todos unos príncipes azules al principio para después mariconear? o para ponerlo en palabras que ya conocen, les encanta andar de mustios y dando atole con el dedo y ya cuando tienen a la fulanita en cuestión comiendo de su mano hacen como que la virgen les habla y la ignoran olímpicamente.
No queremos adentrarnos en sus perturbadas mentecitas pero...¿por qué lo hacen? ¿por deporte? ¿por ego? ¿para ver qué se siente? o ¿simplemente para fregar al prójimo o más bien, la prójima? Pues déjenos informarles que aunque a ustedes les parezca muy divertido NO lo es.

¿O qué, nos van a decir que lo que dice Sherry Argov en su libro Why do men love bitches es cierto? ¿que aunque la fulanita les interese simplemente lo hacen para ver como reacciona? a esto hemos de decir que no entendemos sus cabecitas retorcidas y luego dicen que somos nosotras las que decimos una cosa cuando queremos otra.


Saludos cordiales

La Guayaba y la Tostada

P.D. ¿qué pasaria si juntamos a un niño bipolar con una niña pokemón?

martes, 6 de mayo de 2008

Sabiduría popular

Es muy cierto aquel refrán que reza: "Más pronto cae un hablador que un cojo" y también ese que dice que "el pez por su boca muere". ¿Por qué? Muy simple. En los últimos días hemos caído en cuenta que la gente que dice: "de esa agua no he de beber" es la primera que se atraganta.

Hay personas que al ver a una parejita derramando miel hasta les da roña y dicen cosas como: "ash qué flojera" o "tu pareja sí necesita saber que l@ amas, el resto de tus contactos de MSN no" o la máxima de "ay no, me choca que me estén mandando mensajitos todo el día, me sofoco" y ándale que cuando tiene novi@ es lo primero que hace y pone excusas como: "ay es que son gratis jeje".

Otro aspecto es cuando presencian el intercambio de besos, cariñitos y arrumacos de la parejita más próxima y en ese momento expresan frases como: "ay, o sea, dependencia total ¬¬..." Pero cuando les llega su hora son más empalagosos que el mismísimo chocoflan o los hot-cakes con maple y nutela, tanto así que hasta los que están cerca salen empachados y se les suben las hormigas.

Por eso decimos que del plato a la boca, se cae la sopa y que hasta al más grinch entre los grinchs le llega su hora, porque, aceptémoslo, TODOS somos unos cursilientos en potencia.

Saludos cordiales

La Guayaba y la Tostada

viernes, 25 de abril de 2008

"¡Vengan a tomar atole, todos los que van pasando!"

Pues para que ya no lloren ni digan que este blog es feminista (sí lo es), hoy, si hoy, hemos decidido aceptar que nosotras también tenemos cola que nos pisen. En esta ocasión queremos contarles una pequeña y feliz historia:

Había una vez un fulanito (para efectos prácticos será el Fulanito A) ; él tenía bien puesto su objetivo en la mira: Una fulanita (en adelante Fulanita B) . Ella con el paso del tiempo se dio cuenta de que el Fulanito A, como se diría vulgarmente, andaba sobres, así que disfrutaba de darle atole con el dedo.

**Acotación: La fulanita B es muy (MUY) guapa; el fulanito A es una grata curiosidad (entiéndase para gustos exóticos).

No queremos que se confundan y piensen que todas las mujeres somos unas mustias, es simplemente que cuando sabemos que alguien muere por nosotras nos gusta mantener viva la ilusión del individuo.

¿Cómo? Dando atole con el dedo.

Verán, dar atole con el dedo es todo un arte. Va desde la manera en que te diriges a él:
  • Lo miras fija y directamente a los ojos y cuando sientes que está muy chiveado hasta te le acercas y le sonries.
  • Cualquier cosa que te dice (por más trivial que sea) tú respondes con un: ¿EN SEEERIO? a ver, cuéntame... Sí, como si de verdad te importara lo que te está diciendo.
  • Le haces creer que te interesa pasar un poquito de tiempo con él.
  • Cuando te pide tu correo, tú como que no quiere la cosa se lo das (sabiendo que antemano que en cuanto tenga una computadora enfrente te agregará al MSN o en su defecto al Feisbuk). Y no te limitas sólo a esto, sino que además te tomas el tiempo (no mucho) para platicar con él o contestar sus mensajitos.
  • Si te invita a salir, ahora sí que como dice la canción, le dices que sí pero no le dices cuándo y ya si de plano le tienes que decir que sí y ponen una fecha para el tan esperado momento, casualmente siempre surge algo "inesperado" que te impide acudir a la cita.

En resumen, eres tremendamente simpática y hasta encantadora con el pobre sujeto.

PEEEEEEEERO

Eso es sólo cuando se te antoja, ya que en realidad no te interesa en lo más mínimo.

Saludos cordiales

La Guayaba y la Tostada =)